domingo, mayo 15, 2016

Hormigas

Cuando me desperté, me dolían sólo las letras ce y erre.
No me preocupé demasiado, no había dormido bien, la noche me estuvo revolviendo como a una ahogada y todas esas molestias me parecían normales.
A media mañana, sin embargo, me empezó a doler mucho pero mucho mucho (un dolor esdrújulo) la letra eme y también la ene y todas las letras vecinas a ellas, como si se hubieran contagiado. Podía mover la lengua y pronunciar algunas palabras pero con una sensación demasiado punzante.
Al mediodía me dolía todo el abecedario. Y ya no se trataba de hablar (el lenguaje no es sólo hablar), sino que al pensar o escribir ciertas frases el dolor crecía y me retorcía como si me estuvieran haciendo vudú.
En urgencias me dijeron que no hable, que no escriba, que no piense en palabras.
Que mire la televisión y tome esa pastilla.
Todo se curará con tiempo, dijeron. Usted olvídese de nombrar, sentenciaron.
No les interesó escucharme decirles que lo que necesito es justamente lo contrario: sacarme las letras acumuladas de encima, aunque duelan, limpiarme de letras y más letras enloquecidas este hormiguero arrasado, rebuscar y encontrar una palabra (anestesia, por ejemplo), y pronunciarla (o escribirla) como una cataplasma.

sábado, mayo 14, 2016

Intemperie

- Buenas tardes.
- Dígame
- Venía a comprar una zona de confort.
- ¿La necesita?
- Si vengo a comprarla es porque la necesito. He roto mi alcancía inclusive.
- Mucha gente tiene su zona de confort pero no la necesita.
- Yo sí.
- ¿Y usted por qué?
- ¿Hace falta pasar este examen?
- Este no, pero otros sí. No le damos zonas de confort a todo el mundo y menos en venta. Alquilada todavía, pero usted la quiere comprar. ¿No le parece demasiado?
- ¿Qué tiene de malo aspirar a vivir en una preciosa, estable, espaciosa, armónica zona de confort?
- Se ve que lee poco las páginas de autoayuda de los periódicos: las zonas de confort están muy mal vistas. Cayeron en desgracia a mediados del 2000. ¿Y usted para qué la quiere?
- Para acomodarme, para buscar sosiego.
- La vida es riesgo, la vida es imprevisible, la vida es caos, la vida es movimiento.
- La vida es una porquería.
- No diga eso.
- (Compungida). No sé, qué quiere que le diga, no sé, no digo para siempre, pero acomodarme un rato y luego coger envión...
- Es que uno no se acomoda para un rato. Uno se acomoda para mucho y así se nos pasa el tiempo, resguardados.
- No entiendo qué tiene de malo resguardarse.
- Depende de sus circunstancias.
- ¿Mis circunstancias?
- Sí, si tiene trabajo, independencia, afectividad, sustento, si está feliz, si no le falta de nada.
- Ah, me faltan montones de cosas, por eso quiero mi zona de confort.
- Pues en este contexto no podemos dársela.
- No me diga eso.
- Se lo digo.
- Una pequeñita, una habitacioncita, un rinconcito de confort, cuatro baldosas. Una silla inclusive, mire lo que le digo. Se la compro: le compro esa silla del confort.
- Que no.
- Usted me está empujando al vacío. No puede negarme esto. Ni siquiera le he hablado de mis dolores.
- Peor me lo pone.
- ¿Le va a negar ayuda a una moribunda?
- Usted no está moribunda.
- Nunca se sabe. Todos somos moribundos.
- No se ponga intensa.
- Venga, ablándese, deme mi zona de confort, aunque sea unos días, unas horas, unos minutos, para tomar aire y recuperarme.
- Recupérese a la intemperie, verá qué crecimiento.
- (Como en trance). Intemperie, qué bonita palabra.

jueves, mayo 12, 2016

Instrucciones para hacer un duelo

No empezar a construir el duelo por el tejado.
Tampoco hacer un pozo.
Ni levantar un muro.
No cerrar los ojos.
No empezar por la letra O.
No romper las cartas. No esconder los golpes.
No poner agua oxigenada en las heridas.
No hacer orden. No guardar en cajas.
Escuchar música triste.
Dejarse llevar por no saber qué hacer.
Antes de dormir recordar el abrazo.
Llorar a moco tendido.
Llorar a pierna suelta.
Enfadarse lo mínimamente necesario.
Enfadarse muchísimo, sacar la rabia con su correa larga (y su bozal, para que no muerda a nadie) a dar la vuelta a la manzana.
Recordar y sonreír, aunque duela justo ahí.
Hacer terapia, aunque sea por skype.
No querer entender ni ser entendida. Saber que entender es una aspiración casi imposible.
Dejarlo salir, dejarlo salir, dejarlo salir.
(Algún ratito dejarlo quedarse, regodearse en el recuerdo).
No saltarse casillas.
Saltarse las casillas y retroceder al inicio de la partida todas las veces que sea necesario.
Abrir la ventana.
Respirar.
Tener miedo.
Nombrar.

domingo, mayo 08, 2016

raíz

la raíz arrancada se seca
mientras afuera todo
se diluye en el agua.