lunes, octubre 06, 2014

oasis

Escribir conduciendo lejos de el corte inglés. Donde no crecen pollos en los arcenes, donde el paisaje parece el lejano oeste y en el medio de la nada un cementerio cuadrado como un juego de lego: cuatro paredes sencillas, bajas, modestas, incluso inútiles y en el centro de eso, dos cipreses enredados entre sí, abrazados como si les dieran miedo los muertos, los fantasmas.
Escribir conduciendo lejos, encontrando palabras para guardar en cestas y llevar al bosque y perderme.
Escribir con la boca cerrada (y la mirada abierta), cuando nadie se dé cuenta, cuando parece que pero resulta que.
Escribir de puntillas.
Escribir como una bofetada de luz.
Escribir de pie en el autobus y acostada en su espalda.
Escribir asomando la cabeza de este mar incomprensible de ruido y maravillas.
Escribir conduciendo lejos, con un pie aquí en en esto que no tiene nombre y otro un poco más allá, donde todo, como una fiesta, se nombra como quiero.