miércoles, diciembre 18, 2013

indigestión

Se cogió una indigestión de palabras y se murió. Como un corte de digestión en verano, pero sin agua.
Fue algo lento, no fue algo repentino. De alguna manera lo venía avisando.
Cada vez se quedaba más callada, sólo escribía esos mensajitos cortos y monosilábicos que se pusieron de moda a principio de siglo.
Claro, decía el médico, nadie puede vivir así, se va a atragantar sin decir nada.
Se fue quedando callada como las linternas que se quedan sin pilas. Es verdad, también hay que decirlo, que nunca fue muy proclive a decir cosas. Hablar por hablar, sí, como todo el mundo, pero decir cosas, poco.
Esas son las peores, decía el médico. Las peores indigestiones, las de las palabras que no suelen decirse.
Qué hiciste tú, me dijeron delante del ataúd de ella, indigestada. Qué hiciste tú por salvarla del ahogo, de la barriga atiborrada de verbos sin conjugar.
Yo hice lo que supe: trabalenguas, juegos de palabras, poemas y canciones.
Yo le puse una alfombra de rayas rojas y naranjas para que se extendiera enloquecida.
Pero.
Tenía las palabras metidas en una jaula, le dije un día y se burló de mí.
Ella se asustó, terminé. Le daba miedo nombrar.
Lentamente, entonces, todo se fue gestando, indigestando, mejor dicho.
Y un día, paf, zácate. La noticia irremediable, seca como un golpe de viento.
Se murió sin decir.
De este lado quedó un agujero negro, una pared en la que falta un cuadro, un crucigrama sin definiciones, los puntos suspensivos, indescifrablemente oscuros.

2 Comments:

Blogger Ana Jimena Sánchez said...

Este texto es buenísimo (Quizás porque me cuadra a la perfección).
Te he leído un par de veces desde que vi algo tuyo publicado en Emma Gunst y he de decirte que me encanta tu estilo. ¿Te importaría si cito este textito tuyo en mi blog?
Saludos!

01:12  
Blogger samsa said...

ana! Gracias! No me importa que me cites. Encantada!
Emma gunst es un blog precioso!
Miraré el tuyo!
un beso!

03:28  

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