domingo, abril 28, 2013

el postre (microrrelato)

El postre se puso en huelga de hambre. Presentó un recurso al maître, algo como una suplicación escrita a mano en los bordes de las hojas de un menú, mezcla de tecnicismos legales y palabritas lacrimógenas. Un alegato que el postre declamó delante de todo el restaurante: que estaba harto de ser todos los días el último de la lista, que tenía la glucosa alta, que la luz de la nevera encendiéndose y apagándose a cada rato no lo dejaba dormir, que a él le iba más lo salado.
No había forma de sacarlo de su extraño encaprichamiento. Gritaba y salpicaba nata para todos lados llamando a su abogado.
Un camarero lo reintegró rápidamente a la nevera, amenazándolo con que cambiara su actitud o pasaría un muy largo plazo de tiempo en el congelador: la peor celda de castigo para un postre, rodeado de croquetas y muslitos de pollo helados.