miércoles, diciembre 21, 2011

pequeños accidentes caseros

Me hice un tajo en un dedo cuando cocinaba.
Luego me despellejé otro dedo al abrir una botella.
Hoy me he raspado la pierna con el pico de la mesita.
Así que me he puesto seria:
he reunido en asamblea a todos los objetos de mi casa
y les he dicho que ya sé
que me muero de la pena,
que tengo el corazón en carne viva,
que ya sé
que no soy más que una herida que sangra tristeza,
que hasta respirar me duele porque él no me ama
como le amo yo;
en fin: que no hace ninguna falta, les he dicho,
que me lo recuerden también ellos.

Berna Wang

lunes, diciembre 19, 2011

languidecer

Ella parecía entender la vida como un boxeador hundido, que se enfrenta silencioso y triste a una pelea permanentemente amañada. Es decir: pase lo que pase, déjate vencer. Por algo parecido a ganar o a tener siquiera la ilusión de ganar, no merece la pena arriesgarse.
Así, en plena plenitud vital, ella ni abandonaba el ring rebelada, ni se ponía los guantes de verdad y peleaba.
Y yo que me había cruzado en su camino sin que apenas me viera, no lograba entender el profundo motivo de su lucha inmóvil, de su rendición anticipada, de su fría languidez al dejarse arrastrar por las aguas.

miércoles, diciembre 07, 2011

apunte

La vida: única manera
de cubrirse de hojas
tomar aliento sobre la arena,
alzar el vuelo con alas;

ser perro,
o acariciarle su cálido pelaje;

distinguir el dolor,
de todo lo que no lo es;

tener lugar en los hechos,
encontrarse en los paisajes,
buscar el menor de los errores.

Excepcional ocasión,
para recordar por un momento
de qué se habló
junto a la lámpara apagada;

y para por lo menos una vez
tropezar con una piedra,
empaparse en alguna lluvia,
perder las llaves en la hierba;

y seguir con la vista la chispa en el viento;

y sin cesar no saber
algo importante.

Wislawa Szymborska

jueves, diciembre 01, 2011

Poesía vertical 7

Cuando se ha puesto una vez el pie del otro lado
y se puede sin embargo volver,
ya nunca más se pisará como antes
y poco a poco se irá pisando de este lado el otro lado.

Es el aprendizaje
que se convierte en lo aprendido,
el pleno aprendizaje
que después no se resigna
a que todo lo demás,
sobre todo el amor,
no haga lo mismo.

El otro lado es el mayor contagio.
Hasta los mismos ojos cambian de color
y adquieren el tono transparente de las fábulas.

Roberto Juarroz.