lunes, abril 04, 2011

antiguo

Pequeñas detonaciones en la cabeza
no, fuegos artificiales no.
Tampoco puntas de latigazos.
Más bien:
flores arrancadas flotando sobre el agua a la deriva
(y yo estirando el brazo y sin poder cogerlas).
Entonces, meta la mano en la bolsa de fieltro negro
roce una palabra
y sáquela a la luz.
No.

No he podido contar
una a una
las arrugas en su cara.
He mirado para otro lado,
las cortinas corridas durante cuántos años
escondiendo esta adulta despareja.

Hablo de aquello que no veo
pero respira.
Bocas de peces que salen a la superficie
algo que se desboca cuando no te lo esperas.
Y este camuflaje idiomático para no pronunciar lo importante:

Sal ya de tu escondite
y enfréntate a los rayos.