martes, abril 26, 2011

apuntes

Había que hacer un circo en donde estaba la tristeza (aunque los circos son tristes), banderines y arena, saltos de equilibristas.
Había que hacer un corte en la tela y mirar hacia fuera, arrancarse las pulseras y los collares y salir al viento.
Había que mudar las cajas y las cosas y también el trocito de cielo que se ve desde la ventana, el crujir de la puerta, el sol de febrero.
Había que contarse un cuento con final feliz, con pedacitos de pan que nos guíen de regreso y con casas de caramelos y de besos.

lunes, abril 04, 2011

antiguo

Pequeñas detonaciones en la cabeza
no, fuegos artificiales no.
Tampoco puntas de latigazos.
Más bien:
flores arrancadas flotando sobre el agua a la deriva
(y yo estirando el brazo y sin poder cogerlas).
Entonces, meta la mano en la bolsa de fieltro negro
roce una palabra
y sáquela a la luz.
No.

No he podido contar
una a una
las arrugas en su cara.
He mirado para otro lado,
las cortinas corridas durante cuántos años
escondiendo esta adulta despareja.

Hablo de aquello que no veo
pero respira.
Bocas de peces que salen a la superficie
algo que se desboca cuando no te lo esperas.
Y este camuflaje idiomático para no pronunciar lo importante:

Sal ya de tu escondite
y enfréntate a los rayos.