lunes, agosto 16, 2010

el final de un cuento de 1985

Nos cruzamos como dos paralelas eternas y nos miramos y no nos encontramos. Seguimos caminando entredormidos, entre sueños y calles y palabras, entre pequeños espacios misteriosos donde los silencios se mantienen constantes. Seguimos tan seguidos que hasta tuvimos miedo, miedo de que los ojos (nuestra única esperanza posible) se cayeran al suelo y se rompieran.