jueves, septiembre 11, 2008

ojo clínico

La mujer se acercó al oculista porque tenía el ojo clínico desenfocado, había perdido definición y confundía las cosas.
Confundía miradas anhelantes con tristezas profundas, sonrisas picaronas con tics descontrolados, el deseo más profundo (ese que no habla solamente de la piel) con seriedad pasmosa, los cadáveres exquisitos no le sabían tan bien, cambiaba las palabras reales por juegos de palabras.
El problema no está en el ojo clínico, sino en el corazón- le dijo el médico y le recetó cerrar el ojo clínico e intentar observar durante algunos días con otras partes del cuerpo.
Confusa se fue de la consulta con el ojo clínico fuera de circulación y la cabeza llena de pajaritos otoñales que no sabía de dónde habían salido.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Te acompaño en tu desconcierto.
El asombro va tornándose en interés.

22:28  
Blogger samsa said...

bonita palabra: desconcierto.
resume perfectamente el sentido del texto. me alegra que lo compartamos. y que sigas apareciendo "indiscreta" y misteriosamente por aquí.

un saludo.

samsa

23:54  

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