viernes, abril 11, 2008

nano

cuando miro a nano (el gato), no puedo evitar pensar que es la reencarnación de alguien que está incómodo en su cuadrúpedo cuerpo felino. nano frunce el ceño como diciendo: "a qué hora se sirve la cena?" o "me apetece un cigarro". se acerca con gesto de huída, se tumba con la inercia de ponerse de pie, te habla con frases largas como si quisiera explicarse de forma inexplicable.
está aquí pero no está. es el eco de alguien que se está yendo, atrapado en una botella.