miércoles, agosto 09, 2006

el bosque quemado

Qué pena no tener pies
para salir corriendo
de este infierno

ya no mirar atrás jamás
y echar en la memoria
un cubo de agua limpia
que se lleve este recuerdo infame
con su espuma.

Qué triste no poder cerrar los ojos
no conseguir
(por esta vez)
hacerle un guiño al destino
que ha llegado certero,
una flecha que hace blanco
en medio de la frente.

Qué cansancio
agitar estos rígidos brazos
convertidos ahora
(paradójicamente)
en los de un espantapájaros enloquecido,
sin que nadie entienda la señal
el mensaje que cruje con el viento.

Qué dolor
infinito
permanecer de pie

no poder caer de rodillas
(por lo menos,
para que todos vean
la rendición visible
de caer de rodillas
y esconder la cabeza humillada
en la tierra).

Qué lento sufrimiento
ver la noche
violada por el fuego
que entra en ella (y en mí)
incansable y erecto.

Qué pena
que las lágrimas
no apaguen estas llamas.

Qué horror
inexplicable
arder como la leña
estando vivo.

2 Comments:

Blogger makkkafu said...

Este poema se puede interpretar de una doble manera, por un lado el dolor personal y por otra como un dolor más universal, como un grito o impotencia hacia lo que está ocurriendo en Galicia, ¿es así?

C.A. Makkkafu

08:09  
Blogger samsa said...

creo que estoy más cerca de la segunda interpretación. de hecho no había pensado en la primera. galicia, cataluña, portugal, huelva, etc., etc., etc.
debería haberlo llamado in memorian.


saludos.
samsa

09:41  

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